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martes, 5 de febrero de 2019

El día que Gerrard resbaló y con él cayó toda la ilusión del Liverpool


Un 27 de abril del 2014, el Liverpool recibía en Anfield al Chelsea de José Mourinho. Ese día ‘Mou’ decidió poner un mix de jugadores titular y suplentes porque quería reservar algunos de sus jugadores habituales para la semifinal de la Champions League ante el Atlético de Madrid.

Liverpool llegaba con una racha de once victorias de manera consecutiva, se encontraba en la primera posición y a tres jornadas de ganar su primer campeonato de liga en 24 años. (¡¡24 años!!).

Desde que la Premier League adoptó el formato actual, el Liverpool no la ha conquistado nunca. La última vez que los ‘reds’ fueron campeones corría el año 1990 y la competición se conocía como Football League First División.

Un partido inolvidable desde el punto de vista analítico. Si el Liverpool lograba empatar, conservarían su ventaja de un punto frente a su más cercano rival, el Manchester City, quien venía de ser segundo en la última temporada.

El fervor de su afición y las ansias de verse levantando el trofeo, hicieron que los ‘reds’ decidieran que ellos no querían un simple empate, sino que lo que querían era ganar el partido.

Sin embargo, unos segundos antes del final del primer tiempo, un pase de rutina para Gerrard en el medio campo cambio la historia, el eterno capitán se resbaló y no pudo controlar el esférico, que quedó a merced de Demba Ba, quien no tenía un solo defensor en su camino rumbo al arco defendido por Simon Mignolet. El delantero del Chelsea introdujo el balón en el arco del Liverpool para poner el 0-1 a favor de los ‘blues’.

A partir de ese momento, todo se fue derrumbando. William, sobre el final del partido, anotaría y segundo y definitivo gol para el 0-2 de los visitantes.

Luis Suarez llegaba al encuentro en su mejor versión, todo lo que tocaba terminaba en gol. Era el goleador del certamen y se entendía a la perfección con Gerrard, Sturridge y Sterling. Pero ese día no tuvo ni una sola chance, NI UNA. Justo ese partido no le salió nada bien.

Pero, ¿fue la pérdida de balón de Gerrard lo que le costó el partido al Liverpool?

Fue una tarde tensa en la que ningún equipo quería ceder espacio a su rival, pero el Chelsea le había tendido una trampa al Liverpool y los ‘reds’ cayeron por completo.

Los de Anfield querían asegurarse el título lo antes posible, por eso salieron a buscar el partido desde el inicio. Sin embargo, los londinenses dejaron que el Liverpool tomara la iniciativa, dándole a entender que eran el equipo que mandaba, el equipo que estaba dominando y que manejaba el balón.

Pero la verdadera historia del desarrollo del de aquel partido mostró al Chelsea más dominador que el Liverpool, a pesar de que los londinenses tocaron menos el balón durante el primer tiempo. Los disciplinados, o más bien, los robots que puso Mourinho en aquel terreno de juego, no pasaban de la mitad de cancha. Todo balón cercano a su área lo reventaban de punta para arriba.

Chelsea dejó que el Liverpool hiciera lo que quería. El equipo londinense esperó con una calma notable. Su formación defensiva, organizada milímetro a milímetro, inspira una confianza que demostraba que el equipo no iba a ceder ante el pánico y que estaban listos para saltar en cualquier momento. Y ese momento llegó. El instante en que Gerrard perdió el equilibrio y Demba Ba marcó.

La inexperiencia de Brendan Rodgers, director técnico de Liverpool, provocó un grave error en el planteo del partido. Nunca se le pasó por la mente hacer un planteo defensivo, sabiendo que sólo le bastaba con un empate para permanecer en la cima de la tabla.

Si Rodgers hubiera dejado que el Chelsea tome la iniciativa, los londinenses hubieran quedado totalmente descolocados, provocando la confusión en el equipo de Mourinho.

Pero fue todo lo contrario, el Liverpool se mostró ingenuo y perdió su primera oportunidad de hacerse con el título en veinticuatro años.



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