Cuando se habla del juego de pies de un portero de fútbol aparece quien replica esa cualidad diciendo que lo único importante en un portero es que detenga los remates rivales. Esto es indudable, pero se dice como si fuese contradictorio con lo primero.
La posición de arquero ha evolucionado enormemente en los últimos tiempos. Sigue siendo sin dudas la posición más especifica, pero hoy en día, los porteros no se limitan solamente a para balones.
Al guardameta lo podemos ver como un jugador más a la hora de comenzar la jugada, como un defensor más cuando la defensa juega adelantada. Ellos se adelantan también fuera del área y actúan como último hombre.
Hoy en día a los porteros se les exige mucho más que solo atajar, eso lo podemos ver en cualquier arquero de nivel. Uno de las casos más notorios y donde se puede ver es en el arquero del Barcelona, Ter Stegen, que cada partido, en fase de iniciación de la jugada, toca el balón gran cantidad de veces, muchas más que otros jugadores de campo, lo cual sorprende a primera impresión.
También se ha dado el caso de que grandes porteros no tienen sitio en grandes equipos porque su juego de pies no es el más apropiado. Tal es el caso de Joe Hart, que en su momento, cuando llegó Pep Guardiola a Manchester City, se tuvo que buscar nuevo club porque su juego con el pie no era el indicado para el estilo de juego que propone el técnico español.
Los arqueros son iniciadores de juego, son elementos activos en la circulación del balón, están siempre orientados para recibir el balón y pasar rápidamente a un compañero, también para darle más dinámica al juego del equipo en esos pases iniciales del juego.
Esto conlleva grandes riesgos también, muchas veces se pueden producir errores garrafales que no tienen solución, el portero puede regalar la pelota al rival y acabar la jugada en gol contrario. Por eso hay que tener mucho cuidado de cuando y cómo utilizar al arquero en estas jugadas. Saber que tipo de portero tenemos, si es capaz de asumir esos riesgos o si tiene la calidad necesaria para participar en la iniciación del juego.
No todos son arqueros de primer nivel con un gran juego de pies y hay que saber controlar muy bien este tipo de situaciones, no lanzarse a lo loco y que el portero sea uno más porque sus errores pueden ser letales para el equipo.
Para ello, el director técnico, puede integrar al arquero en los ejercicios de los entrenamientos. Lógicamente tiene que hacer tareas especificas de portero, pero el entrenador puede diseñar rondos, ejercicios de mantenimiento del balón en el que el guardameta actúe como un jugador de campo.
Ejercicios para que el arquero vaya perfeccionando esa técnica, vaya desarrollando la orientación del cuerpo, a recibir el balón de un lado, darse la vuelta y pasar del lado contrario. Este tipo de gestos se puede entrenar con los porteros. Se pueden meter en la dinámica con el resto de los jugadores para que el arquero forme de manera activa en el juego y así reducir el número de errores que puedan causar problemas al equipo.
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